Resiliencia

Algunos miran las cosas como son y se preguntan porque, yo prefiero mirar las cosas como podrían ser y preguntarme porque no…” Bernard Show

¿Qué es la resiliencia?
Es la capacidad de adaptarse, recuperarse y crecer frente a la adversidad. No significa ignorar las dificultades, sino enfrentarlas con fortaleza emocional, flexibilidad mental y enfoque constructivo.
Técnicas para desarrollar resiliencia:

  1. Autoconciencia emocional: Identifica tus emociones sin juzgarlas.
  2. Reenfocar pensamientos: Cambia el “¿por qué a mí?” por “¿para qué me sirve esto?”
  3. Cuidar tu energía: Dormir, alimentarte bien y moverte son bases de la resiliencia.
  4. Red de apoyo: Habla, conéctate y pide ayuda cuando lo necesites.
  5. Sentido de propósito: Tener metas o un “para qué” fortalece la perseverancia.
  6. Practicar la gratitud: Reconocer lo positivo incluso en tiempos difíciles.
  7. Mindfulness y respiración consciente: Anclarte al presente ayuda a calmar la mente.

Si bien el problema de la baja resiliencia no es innato ni exclusiva de una generación, hay una tendencia preocupante de baja resiliencia entre los jóvenes en distintas partes del mundo, y no es solo percepción: varios estudios y observaciones de expertos en salud mental, educación y trabajo lo confirman. Aunque no se puede generalizar a toda una generación, hay factores comunes que explican esta fragilidad emocional o dificultad para manejar la frustración y la adversidad.

¿Por qué hay menor resiliencia en muchos jóvenes hoy?

  1. Sobreprotección y crianza sin tolerancia a la frustración
    a. Muchos jóvenes han crecido en entornos donde se evitó que sientan incomodidad, error o fracaso. Conocidos como padres helicóptero o padres quitanieves (que despejan cualquier obstáculo), muchos padres fueron resilientes “en silencio”: aguantaron, sobrevivieron, y siguieron adelante, pero no siempre explicaron sus procesos internos o enseñaron explícitamente cómo manejaron la adversidad. Desde fuera, los hijos vieron solo el resultado (la supervivencia), pero no el proceso ni las herramientas emocionales usadas para lograrlo.
    b. Resiliencia basada en represión, no en gestión
    Muchos adultos de generaciones anteriores crecieron con la idea de “aguantar sin quejarse”. Este modelo transmite que expresar emociones es debilidad, lo cual no fomenta una resiliencia saludable, sino mecanismos de represión o evitación que pueden ser disfuncionales hoy. Esto puede dejar a los jóvenes sin referencias claras sobre cómo procesar sanamente la tristeza, el miedo o la incertidumbre
  2. Exposición constante a redes sociales
    Las comparaciones permanentes, el perfeccionismo irreal y la búsqueda de validación externa (likes, seguidores) pueden deteriorar la autoestima y aumentar la ansiedad, afectando la capacidad de recuperación emocional.
  3. Cambio de contexto = nuevas herramientas
    Lo que funcionó como afrontamiento para los padres no siempre aplica al entorno actual. Las generaciones anteriores no crecieron con redes sociales, hiperinformación, ansiedad climática o precariedad laboral post-pandemia. Los hijos necesitan herramientas adaptadas a esta nueva complejidad, no solo heredar la “fortaleza” antigua.
  4. Menor contacto humano profundo y comunidades debilitadas
    Aunque están más conectados digitalmente, muchos jóvenes experimentan soledad emocional. La resiliencia se construye también en red: con vínculos reales, apoyo mutuo y pertenencia.
  5. Narrativas culturales que sobrevaloran el confort
    La idea de que estar bien es no sufrir nunca genera frustración cuando aparece cualquier obstáculo. No se trata de glorificar el sufrimiento, pero sí de entender que el malestar también forma parte de la vida y del crecimiento.
    ¿Es generacional?
    En parte sí, pero no es culpa de los jóvenes. Es el resultado de cambios culturales, educativos y tecnológicos. Cada generación enfrenta desafíos distintos; en este caso, los jóvenes viven en un entorno altamente exigente, hiperconectado y cambiante, sin siempre contar con herramientas internas o externas para sostenerse.

♟️ Phiona Mutesi: de las calles de Kampala al mundo

Phiona nació en 1996 en Katwe, uno de los barrios más pobres de Kampala, Uganda. Tras perder a su padre a los tres años y a una hermana poco después, su familia enfrentó una situación de extrema precariedad. A los nueve años conoció a Robert Katende, un misionero que enseñaba ajedrez a niños a cambio de una comida caliente.

A pesar de no saber leer ni escribir, Phiona mostró un talento excepcional para el ajedrez. En solo cuatro años, representó a Uganda en la Olimpiada de Ajedrez de 2010 en Rusia, convirtiéndose en la primera mujer ugandesa en lograrlo. En 2012, obtuvo el título de Woman Candidate Master (WCM) y ganó tres campeonatos femeninos consecutivos en su país. Su historia inspiró el libro The Queen of Katwe y la película homónima de Disney en 2016. Actualmente, vive en Estados Unidos, donde se graduó en Administración de Empresas y Finanzas, y ofrece charlas motivacionales sobre resiliencia y superación

Categories:

Deja una respuesta